30 de Julio 2004

DIÁLOGOS ENTRE PRÓDIGO Y SU PERRO III


Antes de que Yako me hablase en el lenguaje de las mentes yo creí haber reconocido unos rasgos de comunicación del perro observando con atención cómo se dirigía a mi en las distintas situaciones, a lo largo del primer año y medio de vida.

Básicamente, resumí estas respuestas en un decálogo que llamé:

“LAS DIEZ RESPUESTAS DEL JOVEN YAKO A SU JOVEN AMO”

Aunque, tras las muchas conversaciones con él, decidimos cambiar el título a:

“LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE YAKO AL GORDITO QUE HAY AL FINAL DE LA CORREA”

1º “...AHORA TE ATIENDO”

Cuando trajeron al perro a casa, lo primero que hice fue comprar libros sobre el bóxer de los cuales pude sacar entre otras, las siguientes concusiones:
“Yako era un joven dinámico y sociable, un perro que entre sus virtudes estaba la curiosidad e iniciativa, la inquietud por el conocimiento del medio que le rodea”.

Cualquiera que le viese diría que era un perro diseñado para la vida moderna.

Menos yo.

Les explico la situación: Pródigo, está paseando a su perro, confiado en que él es lo más grande para su nuevo can, el orgullo le hincha el pecho, pasea airado por el barrio sabiéndose mirado y admirado por el magnífico chucho.

En ese momento, y casi siempre cuando alguna chica guapa rondaba por el jardín, Pródigo, con su voz más profunda, gritaba:

-YAAAAKO!!!!

Imperativo, poderoso, henchido de testosterona... el hombre dominador del
animal.

Mientras, la chica guapa esperaba la llegada de, por su cara de expectación, un tigre de bengala en vez de un bóxer de cinco meses.

Euhhhh... no viene.... vale.

-YAKOOOOTE!!!!

Amistoso, cercano, el hombre y el animal como socios, compañeros de viaje.

Eehhh..... tampoco viene... está bien.

La chica me mira y frunce levemente el ceño....

-YAKIIIIIIITOOO!!!

Suplicante, llegando al imploro, el hombre recuerda su insignificancia ante las fuerzas de la naturaleza.

Eehhhhno, no viene, no.

Ahora la chica me mira directamente, tenía su mirada clavada en la nuca.

Justo a continuación es el momento en el que pierdo la dignidad como dueño de perro, si hubiese carné me lo habrían quitado, incluso la sociedad protectora de animales me podría haber denunciado porque ningún perro se merece un dueño tan calzonazos.

Dije lo que nunca se puede decir....

Dije...

- YAKITO BONITO VEN TOMAAA!!! TOMAAAA!!!
.
.
.
La chica seguía con su inquisitiva mirada clavada en mi nuca de modo que utilicé un truco rastrero... Puse una cara muy seria, de preocupación, que indicasen a la chica algo como..."Si el perro no viene es porque algo muy grave debe ocurrir..."


Primero apareció un bolsa de plástico de Carrefour de detrás de un matorral.

Detrás de la bolsa corría Yako, porque claro, resulta que El Perro estaba ejerciendo una de sus virtudes, la curiosidad (por la bolsa), que hábilmente combinadas con la iniciativa (de perseguirla) y su gusto por conocer el medio (de cogerla) resultaban un perro que no me hacía ni puto caso.

Lo volví a intentar y empecé desde el principio:

-YAAAAAAKO!!!!!

Pero ya era tarde, el respeto estaba perdido.

Cuando oyó que le llamaba se quedó clavado en el sitio, giró la cabeza y me dijo con la mirada “AHORA TE ATIENDO”... y siguió persiguiendo la bolsa.

Para entonces la chica guapa estaba mirando al perro encantada, pero cuando me miraba a mi, quedaba su desprecio tan palpable que hubiese preferido convertirme en una coquina para encerrarme en la conchita y pirarme.

Pero ahí no acabo todo, la humillación continuaba; resulta que el bóxer es un perro sociable...

La chica con una voz melódica le llamó.

-Perrito, ven guapo!!!

Y Yako como una flecha suelta la bolsa y corre hacia la chica, el muñoncito del rabo se le va a dislocar de lo rápido que lo mueve. La chica, graciosamente coge al perro en brazos y se acerca a mi y me dice:

-Ten cuidado, es un perro muy bonito y se te puede escapar....

-Euhhh... Sí je!, gracias je! je!, lo llevaré atado.

Me lo dio, lo cogí en brazos y me lo llevé a casa.

Y comprendí lo que leí una vez en Cosmopolitan: La relación amor-odio.

Amo a la chica y odio al perro.

Saludos cordiales,

Pródigo.


(Continuará, porque es un decálogo)

Escrito por Pródigo. a las 10:01 AM | Comentarios (27)

14 de Julio 2004

“Pato”


Paso a relatar mi experiencia de este último Domingo que ha sido muy especial.

Saco a mi perro el domingo por la mañana por el parque que hay frente a mi casa, en ese parque hay fuentes y pequeños estanques donde a veces se posan patos.

Cuando estoy llegando a uno de esos estanques veo un pato pero de refilón porque mi visión se entorpeció por un arbusto, sin embargo, la visión tenía algo extraño, algo que no me cuadraba y me acerqué.

Volvió a aparecer el pato y averigüé qué fallaba en la primera vista, al pollo-pato sólo le sobresalía del agua el cuello y la cabeza, el agua ya cubría todo lo demás.

Ver al pato así me alarmó, pero, qué hacer??, en un momento de negación de realidad pensé –“bueno, esto es normal, seguro que no le pasa nada aquí”-

En ese mismo momento el pollo-pato entrecierra los ojos agacha la cabeza y el pico se le metía dentro del agua y hacía burbujas.

A tomar por culo la negación de la realidad, el pato se ahogaba.

Bueno y ahora qué? Me salté la vaya que rodea el estanque y acerqué la mano, el pollo-pato se acercó casi con sus últimas fuerzas y lo saqué.

Y sabéis qué, que fue una de las sensaciones más grandes de mi vida.

Vuelve a la vida pato, hoy no vas a morir o al menos aún no.

Bueno, ahora tenía un perro y un pollo-pato para volver a casa, en la que, afortunadamente no estaban mis padres.

Y también me gustaría hacer notar que sé de patos lo mismo que de ingeniería genética.

Me lo llevo a mi casa y lo envuelvo el una toalla para secarlo e inmediatamente se queda dormido, por lo visto mi madre lo vio el sábado por la mañana cuando sacó al perro pero lo vio fuerte y no se dio cuenta de que no podía salir del agua con lo que, como mínimo, llevaba un día y su noche en el agua, sin comer, y como era pollo-pato, aún no tenía grasa que lo hiciese flotar ni plumas que le impermeabilizasen del agua

El caso es que el pollo-pato estaba hecho unos zorros.

Mientras dormía (yo lo despertaba a ratos para saber si no se había muerto) yo le fui secando y poco a poco se fue pareciendo más a un pato.
Pensé que necesitaba un nombre, de modo que le puse de nombre “Pato”, que, me pareció muy original ya que el bicho podía ser perfectamente un pato, un ganso, una oca o un cisne, que yo no lo sabía.

“Pato” estaba bien.

Siguiente problema: dar de comer a Pato, problema difícil de cojones tirando a de la hostia.

Preparé el bufete improvisado para aves en apuros, a saber: cacharrito con agua, cacharrito con pan y agua, cacharrito con pan y leche, cacharrito con trocitos de mortadela (este último, bueno… se me ocurrió y ya está).

Pato pasó de mi bufete como de la mierda.

Llamo al Veterinario de Yako (el perro)

- Fausto? Soy P. el dueño de Yako
- El perro más listo de mi consulta?
- Sí, ese… es que me he encontrado un pato…

Me dijo que comprase pienso de pato en un mercadillo de animales que hay en el centro de Sevilla los domingos, y fui para allá, y compré en un puesto una bolsita de pienso que me dijeron, era de pato, pero no lo ponía en ningún sitio, lo que me hace pensar que si mañana me encuentro una jirafa y pregunto por “pienso de jirafa” me darán la misma bolsita.

Preparé un cuenco de pienso con agua, y Pato me insinuó con su mirada que mejor me comiese yo el pienso.

Algo fallaba, y yo empezaba a preocuparme, al menos bebía agua que a priori me preocupaba más.

Me tumbé en el sillón y me puse a Pato en la barriga. Ya estaba seco y le acaricié para quitarle el plumón que mudaba. Se quedó dormido otra vez.

Hubo un momento que me compensó todos los esfuerzos. Pato se despertó un momento, y subió por mi barriga y pecho hasta llegar al hueco que hay entre el cuello y el hombro, se paró allí, se hizo una bola de pluma y se durmió.

-“Ya me has ganado Pato”-

Perdió algunos puntos cuando al rato me confundió con un retrete y llenó mi camiseta de… de…. Bueno ya sabéis.

Seguía sin comer, y yo seguía muy preocupado, Pato debía recuperar fuerzas.
Pensé que como las madres-pato dan de comer a los pollos desde arriba yo podría hacer lo mismo. De modo que me puse pan mojado en la boca y me acerqué a él desde arriba.

Bueno, el concepto era correcto y Pato se acercó y picoteó el pan, pero fallaba el menú. El pan lo escupía.

Después pensé en los patos que había visto en el parque, la comida que les tira la gente al agua está muy diluida, de modo que puse un cacharro agua/pienso con muy poca concentración en pienso.

YEAH!!!!!!

Pato comió, pegaba unos picotazos muy seguidos que cogían el pienso y sacaban el agua por los laterales del pico.

Vale, Pato dormía, bebía y comía pero, ¿qué hago con él?

Ya era de noche y pensé que ya lo pensaría el lunes.

Puse a Pato a dormir en su caja en la mesa de mi cuarto. No se había movido en todo el domingo, y yo me acosté preocupado por como evolucionaría, si se recuperaría o no.

Lunes. 7:00; Despertador pipipí, pipipí… Despertador? Si yo lo pongo a las 7:30?

Era Pato. De pie, piando, y con la boca abierta pidiendo comida!!!!!

OU YEAH!!!!!!!

Lo puse en el suelo y empezaron las carreras. Me seguía a mi, a mi madre, a mi perro (Yako acabó hasta los mismísimos de que Pato le picotease las patas de atrás).

Pato estaba lleno de vitalidad. Supongo que la noche de sueño reparador le sentó muy bien.

Me lo llevé a la oficina y todo el mundo lo flipaba con Pato, porque Pato era de carácter muy sociable y visitaba a todo el mundo.

Se lo puse a mis proveedores al teléfono y todos estaban encantados y se reían mucho, porque Pato tenía un gran sentido del humor.

Hablé con la sociedad Protectora de Animales y Plantas de Sevilla, que me dijo que lo podía llevar a sus instalaciones, que lo criarían hasta que fuese grande y después lo llevarían a un parque con más patos.

Otra compañera de la oficina me ayudó a buscarle un hogar a Pato y habló con la mujer de mantenimiento del edificio. Resultó que su novio tenía una parcela donde tenía más aves y perros abandonados y tal.

Se lo llevó. Cuando lo cogió se me partió el alma un poco, me dio mucha pena, no sabía que le había cogido tanto cariño.

Se lo comenté a mi madre que, antes de que lo preguntéis, sí, me trata de usted porque es salvadoreña y allí es costumbre. Me dijo.

“Hijito aunque sólo hayan sido dos días los que ha estado con el pato, usted ha asistido a una resurrección y eso marca mucho.”

Eso es…

Pero ahora me quedo con las ganas de haberle hecho una foto, de haberlo tenido un par de días para disfrutar de él, de haber tenido más tiempo para despedirme.

De modo que decidí escribirle este post, porque es una manera de no olvidarle y de enseñárselo a la gente.

Esta fue mi historia con Pato.

Saludos cordiales,

P.

Escrito por Pródigo. a las 10:15 AM | Comentarios (20)

2 de Julio 2004

MENSAJES DE VIDA.

Mi carácter, al que siempre he considerado no muy complejo, funciona muy bien con mensajes cortos, precisos y que recojan las máximas emociones posibles.

Para eso me han ayudado mucho las citas que he ido pillando leyendo por aquí y por allá, algunas de ellas no son propiamente citas, pero recogían en pocas palabras emociones que necesitaba recordarme.

La primera me marcó desde los diecinueve años, esta, era una época en la que estaba muy perdido, por “circunstancias”, yo no guiaba mi vida, e iba dando tumbos de un lado a otro sin una idea, sin un núcleo que me guiase.

En ese momento se cruzó en mi vida un libro llamado “Lobos en la Frontera” de Michael A. Stackpole. En ese libro, aparecía un haiku que rezaba:

El pájaro amarillo vuela.
El Dragón gris retrocede sabiamente.
El honor es el deber.

“El honor es el deber”… la encontré, en una sola frase encontré un núcleo que guiase mis pasos en esos momentos en los que las corrientes de mi mente me llevaban un día al este y otro día al oeste.

Esa frase fue el núcleo durante mucho tiempo para lo más fácil y lo más difícil.

Cuando me ponía a perrear en vez de estudiar pensaba ¿Es esto honesto conmigo? Y ya sabía lo que tenía que hacer, y aún así no lo hacía o no lo hacía tanto como me hubiese gustado.

También pasaba su factura, porque cuando fallaba, me sentía muy mal, y ni que decir tiene que fallaba a menudo.

La siguiente frase que me ayudó muchísimo fue cuando me planteé empezar a estudiar Psicología.
Ya estaba trabajando, ese año había acabado Empresariales y me daba cuenta que mi vocación no iba en esa dirección.
Descubrí que quería ser psicoanalista y eso suponía con veintiséis años, empezar de nuevo, una carrera nueva, un master… mientras trabajaba.
Tenía mucho miedo, miedo al esfuerzo, a no conseguirlo, a los sacrificios tan grandes que iba a tener que hacer a todos los niveles y pasé una mala temporada.
Entonces fui al cine y apareció el trailer del Señor de los Anillos, El Retorno del Rey.
En un momento del trailer apareció en la pantalla “NO HAY TRIUNFO SIN RENUNCIA”
Y yo dije -“eso es”…
Esa frase llegó en el momento adecuado, en el más oportuno y me quitó el miedo a esa decisión, y me puse la frase en mi cuarto para cuando me llamasen las tentaciones en forma de amigos u otras aún más complejas como yo mismo diciéndome –“descansa… si has estado trabajando todo el día, ya estudiarás mañana…” pudiese leerla siempre, “No hay triunfo sin renuncia”.

Pero después, una vez tomada la decisión me vi el problema del día a día, son cinco cursos que pretendo hacer en seis años y las fuerzas flaquean todos los días, si no es un problema de trabajo, son personales o son los exámenes y si no, es que no llego a tiempo para los exámenes… en fin.

Y alguien muy importante para mi me dijo “…se hace camino al andar”.

Y dije otra vez -“eso es…”-

Todos los días, pase lo que pase estudiar un poquito, aunque sólo seas capaz de ponerte delante del libro porque ese día no hay quién se concentre, ese es el camino.

Esa cita también me ayudó.

Hay otra que me gusta mucho:

“Para que triunfe el mal lo único que tiene que pasar es que las buenas personas no hagan nada.”

Con dos cojones.

Dejo los comentarios de esa cita a los demás….

Saludos cordiales,

P.

Escrito por Pródigo. a las 9:27 AM | Comentarios (10)