El Libro del Sueño

A TODOS LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD.

Suelo comprar todos los meses la revista “Historia y Vida”.

Casi me lo tomo como comprar la revista “Hola” pero de hace un par de siglos, que si el rey Fulanito “El Macho” se lió con la princesa Menganita de Móstoles mientras estaba casado con Dominatrix de Suecia, que si El rey Tocomocho VIII creó su propia religión para poder casarse con de segundas nupcias con Paca Garce...

Pero de vez en cuando te encuentras perlitas históricas y en la revista de este mes de Septiembre (o mes pasado según cuando termine es post) me encontré con una de ellas.

Narraba la importancia de la mediación del Papa Juan XXIII entre Kennedy y Krushov (o como diría la señorita que me alegra los días, “Kuruskuskis”) durante la crisis de los misiles de Cuba.

No la voy a contar aquí pues sería muy largo pero os diré que me emocioné (sí, eché una lagrimita) cuando leí el artículo.

Las cartas que se mandaban los líderes del mundo las medió este Papa, y consecuencia de ello no se llego a una guerra que destruiría el mundo y que ninguno de los tres quería.

Una de las cartas que le envió Juan XXIII a Krushov (comunista, ateo y anticatólico) tuvo un inicio muy estudiado, para no darle ningún tono religioso a la misiva y la comenzó así:

“A todos los hombres de buena voluntad...”

No sé si esta frase os llega de la misma forma que a mi, no sé si para vosotros tiene el mismo calado, a mi me impactó muchísimo, me emocionó.

Más tarde el Papa hizo una encíclica que según dijo, no quería que fuese sólo leída por curas y teólogos, quiso que fuese para todos.
La encíclica se llamo Pacem in Terram y la comenzó igual que su carta a Krushov: “A todos los hombres de buena voluntad...”

Qué poder tan inmenso tienen muchas personas y qué poco preparadas están para llevarlo a cabo, que locos están los qué creen que son las balas y no los disparos los que matan, qué terrible es que la voz de la conciencia esté apagada por la de la codicia.

Tracemos una raya y a un lado pónganse los buenos y al otro, los malos, porque amigos míos, para mi, cuanto más alto es el escalafón del poder más blancas o negras son las cosas y pocas son grises, porque el poder da libertad, la libertad sobre uno mismo y sobre los demás.

Sin embargo, como dudo que este blog sea leído por los poderosos del mundo (no se ofendan por mi ignorancia damas y caballeros) pensemos de nuevo, re-planteemos otra vez, un pensamiento que voló por el blog de Odyseo, y ese pensamiento era la minirevolución o revolución de uno, la revolución que podemos hacer nosotros para con nosotros, tracemos la línea en nuestro interior y juzguemos nuestras acciones poniéndolas a un lado u otro.

Y después nos equivocaremos, haremos un mal por hacer un bien, posiblemente porque haya variables que no contemplamos pero por lo menos la intención habrá sido buena.

A mi me ha pasado hoy, he querido hacer un bien, he querido que la persona que me acompaña en la vida haga algo que estoy convencido que le beneficiaría, lo hice porque la quiero, lo hice porque deseo lo mejor para ella, pero lo que le recomendé era duro y fui insensible e impaciente con el tiempo de ella.

Ahora estoy arrepentido pese a que creo que ella no está del todo disgustada. Por que el fallo es mío y responde a una de mis deficiencias y es que le exijo a los demás lo mismo que me exijo a mi y eso amigos míos, es mucho.

Lo cual es una injusticia que estoy cometiendo con ella, a la par que conmigo mismo.

Me gustaría “resetearme” y hacer como que todo esto no hubiese pasado, pero ha pasado, y tengo que estar en guardia para que no vuelva a pasar, puesto que, ya sufro yo bastante con las metas imposibles que me trazo pero sería un acto de lo más descortés, por no decir una putada, salpicar con mis dificultades a los demás, que viven tranquilamente, por el mero hecho de que hayan decidido pasar una parte de su vida conmigo (que en este caso, espero que sea una parte larga), como si eso me diese derecho a algo más que no sea el disfrutar de su compañía.

Vamos, que he metido la pata.

Sin embargo ella se ha mostrado dulce aún en su disgusto. Con lo que si ella hubiese trazado la raya, su acción, sin duda, se habría puesto en la zona de las buenas acciones.

Y vosotros diréis, qué carajo tiene que ver Juan XXIII y la Crisis de los Misiles con tus problemas con tu persona-que-te-acompaña-en-la-vida.

Pues nada.

Pero a veces los post empiezan de una manera y terminan de otra.

Éa!

(Hasta que no me de margen de error a mi mismo, no se lo podré dar a los demás, con lo cual, nadie será suficiente mente bueno, me quedaré solo e infeliz, por no saber disfrutar de la humanidad de las personas)

Ahora, si alguno de ustedes tiene un látigo de siete puntas y es tan amable de dejármelo...

Saludos Cordiales

Pródigo

PD: De sábado a martes estaré en París en viaje de negocios, de modo que si no posteo (juas-juas, como si postease todas los días) ese es el motivo.

Ya les contaré por aquí, lo que se cuece por allí...

Escrito por Pródigo. a las 11 de Octubre 2004 a las 05:27 PM