En estos tiempos en los que se valora más el continente que el contenido, que la gente vale lo que aparenta ser y no lo que es, donde la gente usa un ojo para mirarse el ombligo y el otro para mirar el defecto del ombligo del de al lado, a veces me gusta escaparme de las mediocridades humanas, abstraerme, y vernos solamente como una pieza más en el engranaje de la existencia.
Porque la naturaleza tiene cuerpos que, aún siendo redondos, arrugados, con grietas, estrías y cráteres son mágicamente atractivos.
Son Los Cuerpos Celestes, y este, Saturno, es mi preferido:
A lo mejor es la gravedad la que hace que que mi mirada se levante, que mi alma vuele, mire hacia abajo y mirando mi cuerpo desnudo diga -"En el fondo las cosas no son tan difíciles como crees"-
Saben?, me gustaría comprar un telescopio e irme con "ella" al campo a pedir deseos a estrellas fugaces.
De verdad que me gustaría...
Saludos Cordiales,
Pródigo.